A partir del siglo XVIII se inicia en Europa un proceso de
cambio económico llamado la revolución industrial. Este cambio producirá la
desaparición de la sociedad tradicional basada en lo rural y controlada por la
nobleza y la aparición de la sociedad moderna, basada en la industria y en el
control de otra clase social, la burguesía. Es el origen de nuestra sociedad
actual.
El origen se encuentra en la Inglaterra de mediados
del siglo XVIII, donde por vez primera se empiezan a utilizar nuevas fuentes de
energía y nuevas máquinas, que producen una gran mejora en la
productividad industrial.
EL CAMINO HACIA UN NUEVO MODELO ECONÓMICO Y SOCIAL
SOCIEDAD RURAL
- Sociedad basada en la agricultura y la ganadería.
- Poca concentración de núcleos urbanos.
- Comercio poco desarrollado.
- Transportes poco desarrollados: pequeños y lentos.
- Industria basada en talleres artesanales dispersos y poco productivos.
- Poca inversión en innovaciones técnicas.
- Se utiliza mano de obra, fuerza animal, agua y viento como energía.
- Ciclo demográfico antiguo: natalidad y mortalidad altas y poco crecimiento poblacional.
- Enormes crisis demográficas (hambre y epidemias)
- Sociedad controlada por las clases privilegiadas.
- No hay igualdad ante la LEY.
- Enorme peso de la Iglesia.
SOCIEDAD INDUSTRIAL
- Aparición de la industria como modelo económico.
- Enorme crecimiento de las ciudades donde se concentra la industria.
- Desarrollo del comercio, sobre todo a larga distancia.
- Desarrollo de los transportes: ferrocarril y navegación a vapor.
- Aplicación de las máquinas a los procesos industriales: mejora de la productividad.
- Afán en la obtención de beneficios e inversiones en innovaciones técnicas.
- Utilización del carbón y las máquinas de vapor.
- Mejora la higiene y la medicina.
- Surge la burguesía como clase social dominante.
- La Iglesia pierde importancia en la nueva sociedad.
LA IGLESIA EN LA INDUSTRIALIZACIÓN
En ella se preconizaba un orden social basado en la justicia y la caridad, exhortando al Estado a socorrer a las clases más desfavorecidas y alentando el asociacionismo de los trabajadores y fórmulas de asistencia social.
La doctrina social de la Iglesia tiene como centro la dignidad de la persona humana y busca en todo momento defenderla y dar principios que ayuden a su crecimiento, a su desarrollo.
Hay siete principios, siete criterios que son muy claros y yo quisiera recordarlos hoy, como de un golpe. Son ellos los ejes claves de esta doctrina y son los ejes también para poder ayudar a todo ser humano a crecer, desarrollarse y progresar, como debe ser. Esos siete principios son los siguientes:
1. El principio del bien común.
2. El destino universal de los bienes. 3. El principio de subsidiaridad. 4. El principio de participación. 5. El principio de solidaridad. 6. El principio de los valores, fundamentalmente estos cuatro: la verdad, la libertad, la justicia, el amor.
7. Finalmente, este último, el amor, es el valor principal, porque ha de ser el que dé UNIDAD a los demás valores.
Los vemos así en su conjunto porque nos iluminan; pero yo quisiera volver la mirada sobre cada uno de ellos. Pero recordemos que para la doctrina de la Iglesia, la enseñanza de la Iglesia, para Jesucristo, como también para todo lo que es la filosofía humanista, lo principal es la persona humana, su dignidad; y todo lo demás ha de converger a la ayuda, al apoyo, al progreso de todo ser humano y de todos los seres humanos.
1. El bien común:
El principio o el criterio del bien común es un principio fundamental en lo que es la vida humana y en lo que son las relaciones de los seres humanos. Para la doctrina social de la Iglesia el principio del bien común es el primero de todos los principios: todos los bienes que existen son bienes para todos los seres humanos.
La concepción es clara: Dios creó todo lo que existe para todos los seres humanos, no para una sola persona. De ahí que el principio del bien común quiere mirar no solamente a un individuo sino a todos los individuos, no a una persona sino a todas las personas. Por eso, este principio del bien común es una tarea que nos compete a todos, y de ahí que los bienes que existen sobre la tierra han de llegar a todos los seres humanos. Para nosotros, es un criterio que tiene que estar siempre claro y es el criterio que se exige en la conducción de la vida política; por eso, un político es aquel que debe trabajar el bien común y colige con ese principio cuando busca sus propios intereses, sus propios bienes o el bien particular; y los bienes que hay en una nación, si los miramos bien, son para todos y por eso se busca que haya una igualdad en la repartición de los bienes. Reflexionar una y otra vez sobre el bien común nos coloca y nos sitúa en un principio clave en el desarrollo y en el progreso de todo ser humano y de todos los seres humanos.
2. El destino universal de los bienes:
El principio del bien común que guía la doctrina social de la Iglesia va muy unido al principio del destino universal de los bienes. Este principio nos recuerda a nosotros que todo cuanto existe tiene una dimensión universal. Nosotros hablamos del derecho de propiedad.
El derecho de propiedad privada también tiene su sentido. La propiedad privada ayuda a que las personas puedan tener un mínimo de espacio para vivir, para que se respete su libertad; sin embargo, cuando la propiedad privada se excede y viola el principio universal de los bienes, entonces, la propiedad privada ha de estar sujeta a lo que es este principio universal de los bienes. El Papa Juan Pablo II repetía que: “Sobre toda propiedad privada, hay una hipoteca de los bienes que han de llegar a todos”. Y ese llegar a todos es llegar a todo ser humano y a todos los seres humanos y nosotros hemos de repetirlo continuamente: Dios creó todas las cosas, no para un grupo, sino para todos. De tal manera es así, que hay que buscar caminos para una justa distribución de los bienes y de las riquezas, sean éstas las que sean.
3. La subsidiaridad:
En la búsqueda del progreso y el desarrollo de toda persona humana, de todo ser humano, de su dignidad, hay un principio que no se tiene muchas veces en cuenta y que hay que recordarlo también con frecuencia y volver el pensamiento y la mirada hacia él. Es el principio de la subsidiaridad, palabra que no es fácil de pronunciar, pero que es sumamente importante. Nosotros los seres humanos debemos producir lo que nosotros debemos producir. Cada ser humano tiene una responsabilidad, ante sí mismo y ante los demás, como cada grupo, como cada sociedad, pero hay limitaciones que nosotros tenemos, y es ahí donde se necesita el apoyo subsidiario. Venir en apoyo de las familias que no pueden alcanzar las metas que deben alcanzar, de los individuos, de las personas, de los grupos, sean estos los que sean. Por eso, el Estado tiene la responsabilidad de cuidar, de velar para que cada uno de nosotros haga lo que tenga que hacer, pero que podamos recibir también el apoyo en aquello que nosotros no podamos hacer. Ese principio de subsidiaridad ayuda a que los pueblos puedan progresar y los grupos puedan avanzar. Y esto hay que decirlo no solamente a nivel nacional, hay que decirlo, también, a nivel universal: nos hemos de acompañar mutuamente los pueblos, y aunque esto no lo pidiera Dios, ni lo pidiera la doctrina social de la Iglesia, lo pide el sentido común y lo pide la razón. Se ha de apoyar a todo aquel que no puede dar todo lo que él quisiera o pudiera dar.
4. La participación:
Otro principio claro en la doctrina social de la Iglesia es el principio de la participación. Es un tema sobre el que nosotros volvemos una y otra vez. La participación, como algo inherente al ser humano, hace parte de nuestra existencia. Nosotros queremos participar y esa participación nos hace mostrar a nosotros un deber, el deber que tenemos todos los seres humanos de participar en la vida, en el desarrollo, en el progreso de los pueblos. Por eso, una persona que no participa en los gastos de un pueblo, con sus impuestos, es una persona que no está cumpliendo con su deber. Una persona que no participa en las elecciones, por ejemplo, es una persona que se siente limitada en lo que es su derecho de participar en la elección de aquellos que lo dirigen. Esta dimensión de la participación muestra un derecho, pero también muestra un deber. Derecho y deber, el derecho de participar y el deber de participar. Por eso, cuando las personas no pueden participar todo lo que pueden en la vida nacional, se sienten limitadas. Las dictaduras limitan la participación, pero también la participación se vuelve un desorden cuando no es regulada. Volvamos una y otra vez la mente sobre la participación, sobre nuestro deber de participar en la vida familiar, en la vida social, en la vida del barrio, en la vida nacional, en la vida internacional. Pensemos en la participación, como un derecho y un deber.
5. La solidaridad:
La solidaridad es uno de los grandes principios, o si se quiere, uno de los grandes valores que más se trata en el mundo de hoy. Hemos venido muchas veces sobre esta temática y hay que volver continuamente sobre ella. La solidaridad nos esta mostrando a nosotros como la humanidad es una y cómo tiene que apoyarse mutuamente. La solidaridad que nos mueve a nosotros a vernos como sólidos en uno nos indica que los pueblos no pueden existir si no son solidarios entre sí y que la humanidad también es así, y esto se ve de una manera muy clara en las crisis y en los problemas. Somos solidarios, hemos de ser solidarios, queramos o no queramos, pero hemos de hacerlo de manera consciente. Los países más ricos tienen necesidad de ser solidarios con los demás y los Países pobres también han de tomar conciencia sobre esto. El Amazonas no pertenece ya a Brasil o a los países del Cono Sur, es un bien de toda la humanidad, porque lo que pasa allí afecta a la humanidad. Somos solidarios, y los seres humanos somos como un racimo de guineos: o caminamos juntos o nosotros perecemos, pero hemos de estar juntos. El principio, el criterio, el valor de la solidaridad es temática sobre la que hay que pensar y volver una y otra vez porque no solamente se ha de esperar solidaridad de los demás, sino que cada uno de nosotros ha de poner su granito de arena en el camino y en la construcción de un mundo solidario.
6. Valores fundamentales:
El tema de los valores está sobre el tapete. Es un tema sobre el que hemos de volver una y otra vez, y podemos preguntarnos sobre los muchos valores que hay, y podemos enumerar decenas de valores: ¿cuáles son los fundamentales?, ¿cuáles son los más importantes, aquellos necesarios para que funcione una sociedad y que son clave también para el progreso de los pueblos? Los cuatro grandes valores son estos: La verdad, la libertad, la justicia y el amor.
Y me voy a referir ahora a los tres primeros porque el amor, que nos une a los demás, necesita un tratamiento especial.
La verdad: sin la verdad ningún pueblo podrá avanzar. Jesucristo decía, y es lema del pueblo dominicano: “Conocerán la verdad y la verdad los hará libres”. La verdad y la libertad: la libertad, que nosotros los dominicanos disfrutamos después de tantas dictaduras, se torna también en desorden y en libertinaje cuando no la sabemos usar. La libertad se manifiesta en la democracia, pero necesitamos de una libertad sabiamente usada. Por eso, volver la mente y la mirada sobre la libertad, es clave, y sobretodo en estos tiempos en las que disfrutamos de la libertad, para no volver a las dictaduras, pero tampoco para que la libertad se vuelva para nosotros un enemigo. Y la dimensión de la justicia: si quieres la paz, trabaja por la justicia. Si nosotros queremos guardar las relaciones como debe ser, es clave y fundamental, ¿quién lo puede negar? el valor de la justicia. Sabemos que tenemos muchos desórdenes cuando impera la mentira, el libertinaje y la injusticia. Por eso, en la doctrina social de la Iglesia esos tres valores son fundamentales y clave para la vida de cualquier sociedad.
7. La vía del amor:
Podemos hablar y tocar temáticas como esta: el bien común, el destino universal de los bienes, la participación, la solidaridad, los valores de la verdad, la justicia y la libertad. Pero tenemos que decir que el vínculo que une todo esto es el amor. Sin amor, nosotros no podremos llegar a eso que deseamos: a una mayor distribución de las riquezas, a un mundo donde impere la verdad, la justicia, la libertad; donde los bienes realmente sean comunes, donde se busque el bien común. No podemos pedirles a los políticos que se preocupen de buscar los intereses del pueblo dominicano y no sus propios intereses, si ellos no tienen amor. Se lo podemos pedir en nombre de la justicia, en nombre del respeto a los demás; el amor es necesario para todo ello. Podemos pedirle a un juez que haga la justicia, pero si ese juez no respeta a la persona humana, si ese juez no ama al ser humano y no ama a los dominicanos, será injusto. Los valores que nosotros necesitamos poner en práctica, y son necesarios todos, necesitan un fundamento, un guía, que es el amor. Por eso, el progreso de los pueblos, el bienestar de los pueblos, la mejor distribución de las riquezas, todo aquello que nosotros deseamos no se dará en efecto y en verdad, si los seres humanos son egoístas. De ahí que el camino del amor, la vía del amor, es y seguirá siendo el camino del desarrollo de los pueblos, del respeto a las personas y de los derechos humanos.
LOS ÚLTIMOS PAPAS Y LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
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Beneficios
Beneficios, en Economía. Diferencia entre el gasto y el ingreso, siendo este último
mayor que el primero. Existen diversos procedimientos para determinar uno y otro, y en
esa medida se puede hablar de diversos conceptos asociados al término “beneficios”:
beneficio de explotación, beneficio antes de impuestos, beneficio bruto. Lo contrario a
los beneficios son las pérdidas, que se producen cuando en la realización de una
actividad económica los ingresos son menores que los gastos. La teoría económica ha
considerado tradicionalmente que, en una economía de mercado, el principal incentivo
para la producción y el trabajo es la maximización de beneficios. Sin embargo, la teoría
de la empresa ha puesto en duda la universalidad de esta proposición. Las empresas
japonesas, normalmente, prefieren maximizar su cuota de mercado antes que maximizar
sus beneficios, por lo menos a corto plazo.
Clase social
Clase social, en sociología, término que indica un estrato social en una sociedad y su
estatus correspondiente.
Las clases sociales adquirieron gran importancia a comienzos de la
industrialización.
El concepto de clase social está vinculado con los de burguesía y proletariado, a través
de una teoría de la historia que sostenía que los intereses materiales son el principal
motor de la humanidad y que los individuos en un estado de naturaleza (según Hobbes)
vivían en un conflicto permanente y endémico.
Dinero
Dinero, cualquier medio de cambio generalmente aceptado para el pago de bienes y
servicios y la amortización de deudas. El dinero también sirve como medida del valor
para tasar el precio económico relativo de los distintos bienes y servicios. El número de
unidades monetarias requeridas para comprar un bien se denomina precio del bien. Sin
embargo, la unidad monetaria utilizada como medida del valor no tiene por qué ser
utilizada como medio de cambio.
Dinero y economía
Las funciones del dinero como medio de cambio y medida del valor facilitan el
intercambio de bienes y servicios y la especialización de la producción. Sin la
utilización del dinero el comercio se reduciría al trueque o intercambio directo de un
bien por otro; éste era el método utilizado por la gente primitiva y, de hecho, el trueque
se sigue empleando en algunos lugares. En una economía de trueque, una persona que
tiene algo con lo que comerciar ha de encontrar a otra persona que quiera eso mismo y
que tenga algo aceptable para ofrecerle a cambio. En una economía monetaria, el
propietario de un bien puede venderlo a cambio de dinero, que se acepta como pago, y
así evita gastar el tiempo y el esfuerzo que requeriría encontrar a alguien que le
ofreciese un intercambio aceptable. Por lo tanto, el dinero se considera como la pieza
clave de la vida económica moderna
Ecología
Ecología, estudio de la relación entre los organismos y su medio ambiente físico y
biológico. El medio ambiente físico incluye la luz y el calor o radiación solar, la
humedad, el viento, el oxígeno, el dióxido de carbono y los nutrientes del suelo, el agua y la atmósfera. El medio ambiente biológico está formado por los organismos vivos,
principalmente plantas y animales.
El creciente interés de la opinión pública respecto a los problemas del medio ambiente
ha convertido la palabra ecología en un término a menudo mal utilizado. Se confunde
con los programas ambientales y la ciencia medioambiental (véase Medio ambiente).
Aunque se trata de una disciplina científica diferente, la ecología contribuye al estudio y
la comprensión de los problemas del medio ambiente.
Esperanza de vida
Esperanza de vida, media o promedio de años de vida que una persona puede vivir
según su año de nacimiento.
La esperanza de vida constituye un indicador del nivel de vida y se tiene en cuenta para
determinar el índice de desarrollo humano (IDH) de la ONU. En los países más pobres
la esperanza de vida se sitúa entre los 40 y 50 años; es el caso de más de 20 países del
África subsahariana. En cambio, en casi todos los países que pertenecen a la OCDE es
de al menos 75 años.
Por lo general, en cada país se estudian tres parámetros: la esperanza de vida de toda la
población, la de los hombres y la de las mujeres. En la actualidad, en casi todos los
países del mundo las mujeres viven más tiempo que los hombres, diferencia que en los
países desarrollados puede suponer 6 o 7 años.
Explotación infantil
Explotación infantil, denominación utilizada para referirse a la explotación de niños en
las fábricas, aunque ahora se aplica al empleo de niños, en especial cuando el trabajo
daña su salud o impide que asistan a la escuela. A lo largo de la historia, y en todo tipo
de culturas, los niños han ayudado a sus padres en el campo, en el mercado o en la casa
desde que eran lo bastante mayores como para desempeñar una tarea sencilla. De hecho,
el empleo de mano de obra infantil nunca se consideró como un problema hasta que
apareció el sistema fabril.
A principios del siglo XXI el problema de la explotación de mano de obra infantil sigue
siendo muy grave en numerosos países. La pobreza y la escasez de recursos económicos
obligan a millones de niños de los países en vías de desarrollo a vivir en condiciones
infrahumanas. Asimismo, en países desarrollados como Estados Unidos existen
múltiples denuncias de explotación a cientos de miles de niños, sobre todo en los
estados limítrofes con México. En América, Asia y África, la explotación de mano de
obra infantil sigue siendo un fenómeno corriente, incumpliéndose de forma flagrante
toda la normativa nacional e internacional.
Según un informe publicado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en
2002, en el mundo trabajan 246 millones de niños y niñas entre 5 y 17 años, la mayoría
en condiciones peligrosas. La prostitución es destino de un gran porcentaje de ellos.
Además, se indicaba también que la esclavitud no ha desaparecido: alrededor de 5,7
millones de jóvenes se encuentran en una situación de servidumbre o se ven forzados a
trabajar. Muchos de estos niños viven en países de América latina, África y Asia. Sus
condiciones de vida son pésimas y sus posibilidades de alfabetización casi nulas. Sin
embargo, sus escasos ingresos son imprescindibles para la supervivencia de sus
familias. Muchas veces estas familias no pueden satisfacer las necesidades más primarias,
de alimentación, vivienda, ropa o agua con la que mantener un mínimo de
de alimentación, vivienda, ropa o agua con la que mantener un mínimo de
higiene.
Explotación laboral
Explotación laboral, pago al propietario de un factor de producción (trabajo, energía) de
una cantidad inferior al valor del producto.
Este término puede tener dos significados básicos: el primero es el uso de bienes
materiales, normalmente con un suministro fijo, para los fines establecidos por los que
se realiza su manipulación, y el segundo, más negativo, es un elemento clave de la
teoría marxista sobre la lucha de clases. Esta teoría establece la teoría del valor del
trabajo, que a su vez conlleva el concepto de plusvalía. Sostiene que el capitalista paga
al trabajador el coste de su producción, pero recibe el precio de mercado del producto,
paga costes externos (alquileres, etc.) y se embolsa el resto (la plusvalía) como
ganancia. Esta idea de la plusvalía o ganancia nunca fue postulada por los economistas
liberales y, en cualquier caso, parece estar en desacuerdo con la doctrina clásica del
intercambio de equivalentes económicos.
Finalmente hay que reconocer que existen muchas formas de explotación tanto política,
como social o económica. No sólo debe estudiarse la explotación en términos
económicos, sino que debe hacerse una extensa reflexión sobre el desarrollo, las
consecuencias sociales y políticas que tiene la mercantilización del trabajo
Globalización
Globalización, concepto que pretende describir la realidad inmediata como una sociedad
planetaria, más allá de fronteras, barreras arancelarias, diferencias étnicas, credos
religiosos, ideologías políticas y condiciones socio-económicas o culturales. Surge
como consecuencia de la internacionalización cada vez más acentuada de los procesos
económicos, los conflictos sociales y los fenómenos político-culturales.
En sus inicios, el concepto de globalización se ha venido utilizando para describir los
cambios en las economías nacionales, cada vez más integradas en sistemas sociales
abiertos e interdependientes, sujetas a los efectos de la libertad de los mercados, las
fluctuaciones monetarias y los movimientos especulativos de capital. Los ámbitos de la
realidad en los que mejor se refleja la globalización son la economía, la innovación
tecnológica y el ocio.
Explotación laboral
Hay que reconocer que existen muchas formas de explotación tanto política,
como social o económica. No sólo debe estudiarse la explotación en términos
económicos, sino que debe hacerse una extensa reflexión sobre el desarrollo, las
consecuencias sociales y políticas que tiene la mercantilización del trabajo .
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Imperialismo
Imperialismo
Imperialismo, práctica de dominación empleada por las naciones o pueblos poderosos
para ampliar y mantener su control o influencia sobre naciones o pueblos más débiles;
aunque algunos especialistas suelen utilizar este término de forma más específica para
referirse únicamente a la expansión económica de los estados capitalistas, otros eruditos
lo reservan para caracterizar la expansión de Europa que tuvo lugar después de 1870.
Aunque las voces imperialismo y colonialismo tienen un significado similar y pueden
Aunque las voces imperialismo y colonialismo tienen un significado similar y pueden
aplicarse indistintamente en algunas ocasiones, conviene establecer ciertas diferencias
entre ellas. El colonialismo, por lo general, implica un control político oficial que
supone la anexión territorial y la pérdida de la soberanía del país colonizado. El
imperialismo, sin embargo, tiene un sentido más amplio que remite al control o
influencia ejercido sobre otra región, sea o no de forma oficial y directa, e
independientemente de que afecte al terreno económico o político.
Oferta y demanda
Oferta y demanda, en economía, instrumentos esenciales para la determinación de los
precios. Según la teoría (o ley) de la oferta y la demanda, los precios de mercado de los
bienes y servicios se determinan por la intersección de la oferta y la demanda. En teoría,
cuando la oferta supera la demanda, los productores deben reducir los precios para
estimular las ventas; de forma análoga, cuando la demanda es superior a la oferta, los
compradores presionan al alza el precio de los bienes. Cuando se utilizan los términos
oferta y demanda, no se está hablando de la cantidad total de bienes vendidos o
comprados, puesto que en cualquier transacción la cantidad vendida siempre será igual a
la cantidad comprada, sino que se está aludiendo a la cantidad total de bienes y servicios
que los productores desean vender a un precio concreto, y a la cantidad total de bienes y
servicios que los consumidores comprarían en función de los distintos precios, lo que a
veces se denomina demanda efectiva.
La teoría de la oferta y demanda tiene en cuenta el efecto sobre los precios de los costes
de producción, pero considera que este efecto es indirecto, porque afecta a los precios a
través de la oferta, la demanda o ambas. Existe otra serie de factores que afectan de
forma indirecta a los precios, como puede ser un cambio en los gustos de los
consumidores —o hábitos de consumo— (que se prefieran abrigos de pieles sintéticas a
abrigos de pieles naturales), o las prácticas restrictivas del comercio como los
monopolios, trusts y cártels. Según algunos economistas, son tantos los factores que
afectan por vías indirectas a los precios que los términos oferta y demanda son
conceptos genéricos que engloban un conjunto de fuerzas económicas determinantes de
los precios, y por lo tanto no son la última causa determinante de los precios.
El mecanismo de fijación de precios mediante el juego de la oferta y la demanda sólo es
operativo en sistemas económicos donde impera la libre competencia . La creciente
intervención pública de los mercados pretende reducir el alcance del mecanismo de la
oferta y la demanda. Durante la II Guerra Mundial muchos países limitaron y
restringieron la operatividad del sistema de oferta y demanda mediante regulaciones de
precios y racionamientos. Los sistemas comunistas con economías centralizadas, es
decir, aquellos donde el Estado controla los medios de producción y la actividad
económica, el mecanismo oferta-demanda desaparece. Sin embargo, desde principios de de
la década de 1990, muchos países que en el pasado tenían economías centralizadas han
acabado adoptando mecanismos de liberalización del mercado.
Publicidad,
Término utilizado para referirse a cualquier anuncio destinado al público y
cuyo objetivo es promover la venta de bienes y servicios. La publicidad está dirigida a
grandes grupos humanos y suele recurrirse a ella cuando la venta directa —de vendedor
a comprador— es ineficaz. Es preciso distinguir entre la publicidad y otras actividades
que también pretenden influir en la opinión pública, como la propaganda o las
relaciones públicas. Hay una enorme variedad de técnicas publicitarias, desde un simple
anuncio en una pared hasta una campaña simultánea que emplea periódicos, revistas,
televisión, radio, folletos distribuidos por correo y otros medios de comunicación de masas. Desde sus inicios en la edad antigua, la publicidad ha evolucionado hasta
convertirse en una enorme industria.
La publicidad actual desempeña un papel crucial en la civilización industrial urbana,
condicionando todos los aspectos de la vida cotidiana. Tras demostrar su enorme poder
para promover la venta de bienes y servicios, la publicidad se viene utilizando desde la
década de 1960 cada vez más para fomentar el bienestar. Las campañas a favor de la
salud y contra el consumo de bebidas alcohólicas son sólo dos ejemplos de cómo la
industria publicitaria puede, en ocasiones, defender tales objetivos.
La publicidad puede tener un alcance local, nacional o internacional. También variarán
en función de lo que se anuncia: formas de ocio, cuestiones legales, políticas,
financieras, temas religiosos o campañas destinadas a recoger donaciones para financiar
actividades caritativas o humanitarias.
Socialismo
Socialismo, término que, desde principios del siglo XIX, designa aquellas teorías y
acciones políticas que defienden un sistema económico y político basado en la
socialización de los sistemas de producción y en el control estatal (parcial o completo)
de los sectores económicos, lo que se oponía frontalmente a los principios del
capitalismo. capitalismo. Aunque el objetivo final de los socialistas era establecer una
sociedad comunista o sin clases, se han centrado cada vez más en reformas sociales
realizadas en el seno del capitalismo. A medida que el movimiento evolucionó y creció,
el concepto de socialismo fue adquiriendo diversos significados en función del lugar y
la época donde arraigara.
Como otros pensadores, se oponían al capitalismo por razones éticas y prácticas. Según
ellos, el capitalismo constituía una injusticia: explotaba a los trabajadores, los
degradaba, transformándolos en máquinas o bestias, y permitía a los ricos incrementar
sus rentas y fortunas aún más mientras los trabajadores se hundían en la miseria.
Mantenían también que el capitalismo era un sistema ineficaz e irracional para
desarrollar las fuerzas productivas de la sociedad, que atravesaba crisis cíclicas causadas
por periodos de superproducción o escasez de consumo, no proporcionaba trabajo a toda
la población (con lo que permitía que los recursos humanos no fueran aprovechados o
quedaran infrautilizados) y generaba lujos, en vez de satisfacer necesidades. El
socialismo suponía una reacción al extremado valor que el liberalismo concedía a los
logros individuales y a los derechos privados, a expensas del bienestar colectivo.
Los socialistas compartían con los liberales el compromiso con la idea de progreso y la
abolición de los privilegios aristocráticos aunque, a diferencia de ellos, denunciaban al
liberalismo por considerarlo una fachada tras la que la avaricia capitalista podía florecer
sin obstáculos.
El estado del Bienestar
Según se acercaba a su fin el siglo, el socialismo —tal y como se hallaba representado
por los partidos socialistas— no sólo había perdido su perspectiva anticapitalista
original sino que también empezaba a aceptar, aunque con dolor por su parte, que el
capitalismo no podía ser controlado de un modo suficiente, y mucho menos abolido.
La mayoría de los partidos socialistas ha llevado a cabo un proceso de renovación
programática cuyos contornos no son aún muy claros. Subrayan algunos elementos de
continuidad con el socialismo tradicional: una visión pesimista de lo que la economía
podría lograr si se le permitiera seguir creciendo sin restricciones, y el optimismo en lo
que se refiere a la posibilidad de que una sociedad organizada en el orden político
pudiera progresar de forma consciente hacia un estado de cosas que podría aliviar el
sufrimiento humano.
Trabajo
Trabajo, en Economía, esfuerzo realizado para asegurar un beneficio económico. Es uno
de los tres factores de producción principales, siendo los otros dos la tierra (o recursos
naturales) y el capital.
En la industria, el trabajo tiene una gran variedad de funciones, que se pueden clasificar
de la siguiente manera: producción de materias primas, como en la minería y en la
agricultura; producción en el sentido amplio del término, o transformación de materias
primas en objetos útiles para satisfacer las necesidades humanas; distribución, o
transporte de los objetos útiles de un lugar a otro, en función de las necesidades
humanas; las operaciones relacionadas con la gestión de la producción, como la
contabilidad y el trabajo de oficina; y los servicios, como los que producen los médicos
o los profesores.
Muchos economistas diferencian entre trabajo productivo y trabajo improductivo. El
primero consiste en aquellos tipos de manipulaciones que producen utilidad mediante
objetos. El trabajo improductivo, como el que desempeña un músico, es útil pero no
incrementa la riqueza material de la comunidad.
A raíz de la Revolución Industrial a finales del siglo XVIII, casi todos los trabajadores
estaban empleados mediante el sistema fabril y prácticas similares. Estos trabajadores
estaban explotados económicamente y padecían enfermedades, discapacidades o
desempleo. A principios del siglo XIX, la creciente oposición a los costes sociales del
capitalismo extremo debido a la filosofía del laissez-faire, provocó el desarrollo del
socialismo, así como el de movimientos que luchaban contra los excesos cometidos,
como en el caso del trabajo infantil. Los trabajadores empezaron a asociarse en
sindicatos y cooperativas que les permitieron participar en distintas actividades políticas
y protegerse con medios económicos y políticos. Las leyes que regulan el trabajo
muestran el éxito y la fuerza de la moderna organización de los trabajadores, al igual
que la negociación colectiva y los acuerdos de closed shop muestran sus carencias. La
economía industrial es ahora una parte integral de las modernas prácticas económicas.
https://tightwriters.com/como-graficar-secciones-conicas-en-forma-polar-basado-en-excentricidad/
ResponderEliminarMuchos economistas diferencian entre trabajo productivo y trabajo improductivo. El
primero consiste en aquellos tipos de manipulaciones que producen utilidad mediante
objetos. El trabajo improductivo, como el que desempeña un músico, es útil pero no
incrementa la riqueza material de la comunidad.